LA MASOTERAPIA.
Técnica en la que se aplican masajes que permiten tratar,
prevenir y diagnosticar algunos tipos de enfermedades. Se emplea con fines
terapéuticos y se logra una sensación de equilibrio y bienestar general.
Se recomienda en distintas situaciones como: después de
secciones de ejercicios, en celulitis (el masaje permite una mejor circulación
y oxigenación), posterior a una liposucción o lipoescultura, ya que la piel se
encuentra flácida, en lesiones musculares, como terapia de recuperación y para
el fortalecimiento de músculos.
EL MASAJE
Puede seguir 2 vertientes: la oriental y la occidental.
Dentro de la primera, las culturas orientales ya los
practicaban y eran expertos en ellos.
Un registro de los más antiguos es del
siglo V a.C., al igual que algunos manuales que hasta hoy en día son
utilizados.
Los orientales descubrieron
que los masajes eran fuente de salud, ya que los utilizaban para la cura de
lesiones y de otros trastornos.
La palabra masaje tiene sus orígenes en la francesa
"massage", “amasar”, por lo que se entiende el masaje como el
amasamiento en los músculos. Aunque hoy en día se han creado nuevas técnicas.
El masaje son todas las operaciones que
implican roce, fricción, amasamiento, golpeteo o estrujamiento en alguna parte
o en todo el cuerpo de una persona, con la finalidad de provocar en el
organismo reacciones directas o reflejas de efecto terapéutico o estético.
El principal objetivo del masaje beneficiar al paciente y se
logrará gracias a las neuronas de nuestro organismo que están comunicadas.
Manipulaciones
básicas para un masaje
FRICCIÓN: Deslizar la mano sobre la piel de la persona, con
las palmas de las manos abiertas y el dedo pulgar en contraposición al resto de
los dedos.
FROTACIÓN: Son movimientos circulares de la mano y se
desplaza la piel sobre el musculo.
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